“La música es solo amor buscando palabras”. Lawrence Durrell, escritor.
Ahora que se ha terminado, recordemos que el verano y la música siempre han ido unidos y que levante la mano el que en una noche de estío no haya contemplado la Luna junto al amor de su vida, mientras sonaban las notas de su canción favorita.
Mis primeros recuerdos son de una abnegada madre de familia numerosa rodeada por sus hijos, siempre trabajando y con la omnipresente radio encendida en segundo plano, emitiendo conciertos clásicos, zarzuelas y lo que comenzaba a conocerse como “música ligera”.
1.- Recuerdos en blanco y negro, de una España saliente de la autarquía, que se abría al mundo organizando Festivales de Música del Mediterráneo en Mallorca, calcados del de San Remo y para el que solía componerse música de calidad. Como no podía ser de otra manera, abro mi lista con este sentido Canto a Mallorca del famoso y prolífico cantante mallorquín Bonet de San Pedro y sus Siete de Palma.
2.- Los cantautores italianos se las llevaban de calle y hay que reconocer que algunos crearon excelentes temas que, cada vez que se escuchan, nos hacen añorar el dolce far niente y los largos días de playa. Ninguno mejor que Gino Paoli con su Sapore di sale, para transportarnos a aquella época festivalera.
3.- El producto nacional no les andaba a la zaga en esos tiempos en que los españoles comenzamos a salir a las playas por vacaciones y algunos, empezaban a promocionar las islas con sus tonadas, como Los Mismos que en 1964, ya reclamaban un Puente a Mallorca que facilitara el traslado.
4.- Cerrando esta fase, también del año 1.964 es esta panegírica tonada de Los Javaloyas que, como adelantados a su época, definían a Mallorca como un Paradise of love, lo que no deja de ser muy cierto. Para que la tonada tuviera alcance internacional, la cantaron en español e inglés, algo que era una rareza para la época; la canción hoy día nos parece un tanto ñoña, pero la verdad es que sirvió para vender las bellezas de la isla . . .
5.- De repente, la música melódica fue arrasada por un nuevo estilo que procedía de los Estados Unidos, del “American way of life” donde “The bigger, the better” y ese ritmo, que allí llevaba años reinando, al llegar a España se impuso de manera instantánea. Señoras y señores con ustedes el Rock n´ roll y Chuck Berry con You never can tell.
6.- La Guerra de Viet-Nam drenaba lo mejor de la juventud americana, tras haber impuesto antes su duro peaje a la francesa. La popularización de la TV hizo que las noticias con imágenes adjuntas alcanzaran con mayor facilidad los hogares, colándose en todos los noticiarios. Eran tiempos de protesta y de cambios políticos, reflejados en el movimiento hippie contra la impopular guerra que, como es natural, fue protagonista de multitud de canciones como For what is worth, de Buffalo Springfield.
7.- El ansia de libertad, de escapar de los convencionalismos era imparable y se recogía en todos los ámbitos, siendo el cine unos de sus adalides. Ninguna película mejor que la famosa road movie Easy Ryder, de Dennis Hopper, con unos jovencísimos Peter Fonda y Jack Nicholson. Canto a la libertad y a las Harleys, con temas en su banda sonora tan fuertes, como ese himno titulado Born to be wild, de Steppenwolf.
8.- Poco después, llegaría el despertar de este naúfrago que os escribe y que vino a coincidir con la eclosión de la música disco, con la plenitud del famoso sello Tamla Motawn y con el resurgir de lugares como Tito´s, discoteca del Paseo Marítimo de más que conocida solera, donde la música negra imponía sus ritmos con canciones como el inolvidable Pata pata de Miriam Makeba, la sudafricana llegada del corazón mismo del apartheid.
9.- No todo era saltar en la pista, bajo luces destellantes, sintiendo la vibración de los graves repercutiéndote por todo el cuerpo; cada noche había momentos en los que la iluminación se atenuaba y se encadenaban varias canciones lentas para bailar “agarrao” y, cómo no, una de las más populares era la prohibidísima Je t´aime moi non plus, del malvado Serge Gainsbourg y de la bella ingenua perversa Jane Birkin ¡hay que ver qué cosas hacían estos franchutes!.
10.- Pero para bailar enfebrecido hasta el amanecer, ningunos como Earth, Wind & Fire imponiendo su ley con su atemporal September y con esos modelis que se vestían cuando cantaban y que luego se nos aparecían en nuestras pesadillas.
11.- Pero si era Anita Ward con su Ring my bell la que seleccionaba el DJ, nadie podía permanecer quieto manteniendo su copa en la mano, su canción era un genuino llena-pistas.
12.- Las drogas y las desesperanza hacían pagar un duro peaje a una parte de los jóvenes de la época y la situación se reflejaba en canciones tan bellas y, tan duras como Walk on the wild side, de Lou Reed, tema que se cierra con un un solo de saxofón como no hay otro en toda la Historia de la Música Pop.
13.- Pero la verdad es que en Mallorca y en verano, la gente se mostraba indolente ante los graves acontecimientos que ocurrían en otras partes del planeta. En vacaciones se tiende al hedonismo y a la despreocupación; a ello colaboraban algunos inventos de compleja calificación como “La Canción del Verano” de la que Georgie Dann era el rey, un tipo sin duda simpático —hay que reconocerlo— pero que cada temporada nos castigaba con un nuevo ritmillo bailable, como este de El Africano.
14.- La reinstauración de la Democracia en España supuso una explosión de luz y aire fresco, a la que no fueron ajenos los movimientos musicales y en Madrid, de repente afloraron numerosos grupos de jovencísimos músicos llenos de buenas ideas, que hicieron ver que molaba cantar en español cosas diferentes a las coplas y que enseguida, comenzaron a ser conocidos como La Movida. De ellos escojo a Los Zombies, interpretando una preciosa y romántica canción titulada Groenlandia, con el clip que grabaron para TVE en el Hotel Son Vida. No os perdáis a Mona, la acompañante y cantante del grupo que, aunque era monísima, bailar, lo que se dice bailar, no era precisamente lo suyo.
15.- Los nuevos aires trajeron otros modos y, sin saber muy bien por qué, de repente comenzó a celebrarse el día de Halloween, esa tradición irlandesa exportada a USA y transformada allí hasta extremos de difícil comprensión para un no-gringo. El caso es que ante lo inevitable, más valía unirse y, en lugar de acudir al tan socorrido Thriller de Michael Jackson, qué mejor música para escuchar en tan sonada ocasión que, otra vez, la del mallorquín Bonet de San Pedro y sus Siete de Palma, con su divertida, picante y llena de dobles sentidos Rascayú.
16.- Pero si queremos ser más modernos, ya que hay que celebrar Halloween, hagámoslo meneando el esqueleto con uno de los buques insignia de La Movida, la resiliente Alaska cantando junto a Dinarama Mi novio es un zombie.
17.- Coetáneo con La Movida Madrileña, floreció en el Reino Unido lo que vino a llamarse New Wave, movimiento pop en el que la música electrónica comenzaba a imponer su poder con canciones alegres y bailables, que no solo se escuchaban en los ambientes británicos de la isla, sino que se adueñó de las discotecas locales. Un buen ejemplo es New life, de Depèche Mode.
18.- Los tudescos, otros de nuestros visitantes habituales, no se quedaban atrás en el uso de sintetizadores y, de hecho, el grupo alemán Kraftwerk es considerado como el precursor de la Música Techno. Aunque los germanos cantaban como fríos robots, lograron ser capaces de componer temas tan deliciosos como Das Model.
19.- La promoción turística siempre ha sido asunto principal en Mallorca y en la publicidad de productos, a veces se reflejan aspectos de la isla. Una conocida marca de cervezas decidió realizar una campaña bajo el epígrafe “Mediterráneamente” grabando spots en cada una de las Baleares; a Mallorca le tocó mostrar la Sierra de Tramontana, en un anuncio vitalista y juvenil de típico sabor veraniego. Para la banda sonora se escogió al grupo Lacrosse, con su canción You can´t say no forever.
20.- El panel de visitantes de la isla se fue ampliando, hasta que un día se escuchó una voz que en otros tiempos hubiera espantado a cualquier buen ciudadano de un país de la OTAN: ¡Qué vienen los rusos!, pero resultó que llegaban en busca de las beldades de la tierra y claro, al poco se rindieron enamorados de ella y decidieron cantarla. Esta producción de suave tono melancólico, tan típico ruso, se llama Palma de Mallorca y es de un artista que no he logrado descubrir ¿alguien sabe leer el alfabeto cirílico?
21.- No toda la promoción turística es ejemplar, todos sabemos lo que sucede en verano en ciertas partes de Magalluf, así que las canciones asociadas lo describen muy bien. No nos olvidemos de que se trata de una parte de los visitantes que atraemos y cuando se mantiene, será porque es rentable por muy lamentable que pueda parecernos; al fin y al cabo, toda isla tiene su tabú. La letra de este tema sería capaz de sonrojar a cualquier espíritu sensible, excepto al de algunos hijos de la Gran Bretaña; baste decir que en ella solo se echa de menos la vomitona final.
22.- Tras tan escatológica muestra, mejor cambiar a algo más ligero y más cañí. Resulta que a nuestra racial cantante La Húngara, su hija adolescente, más conocida como “la Laury” o «La Hungarilla», se le está desmadrando —¡vaya por Dios!—, así que para poner coto a su enamoradiza naturaleza, le amenaza con castigarla enviándola a Mallorca y digo yo, ¡quién fuera la Laury para recibir tal penalidad!
23 y 24.- Hoy día tenemos en la isla un perfecto ejemplo de lo que es hacer una buena selección musical, como es la que elige el conocido DJ Pepe Link para la cadena Cappuccino Grand Café. Esta marca edita desde hace hace ocho años una cuidada colección de CD´s, en la que predominan el jazz, la bossa nova, el folkie suave y en general, todos aquellos estilos aptos para escuchar a la vez que se mantiene una buena conversación. Sus canciones suenan en sus elegantes locales y en la emisora de radio de la cadena que emite por internet. Como muestra de su eclecticismo musical, selecciono la rítmica y envolvente Aquela bossa axé, de Affonsinho y la muy romántica If you were a sailboat, de la genial cantante georgiana nacionalizada inglesa Katy Melua.
25.- Termino este post con una sensual canción nunca publicada, que se compuso para cerrar el interesante Documental sobre el Hotel Formentor, de Cesc Mulet. Se llama Judy G y está dedicada a Judy Garland, fallecida poco antes de alojarse en el hotel. La atractiva intérprete es la actriz Judith Diakhate, acompañada del grupo Black Invoice; el clip fue rodado en el Salón Orfeo del hotel que hoy día es regentado por la cadena Barceló Hotels. Conté la historia inusual de la concepción y creación de este hotel en otra de las entradas de este mismo blog.
Y a ti, querido lector ¿no te gustaría compartir con nosotros aquellas canciones que te recuerdan a Mallorca?
Mis mejores años de mi vida la musica de los picadores ,formentamos las relaciones internacionles intercambio de curturas muchas suecas y nordicas
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Me alegro de que te haya gustado, yo también creo que fue una buena época, sin quejarme de ésta. La vida evoluciona 😀
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muy bueno.
comparto.
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Muchas gracias por la opinión y por compartirlo. Feliz findes :))
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