“Se puede saber mucho de una ciudad por la manera en que trata a sus visitantes”. (Mary Knight Potter, 1870- 1915).


Siempre me había preguntado por qué España se ha convertido en el segundo destino turístico del mundo. 60,6 millones de visitantes en el pasado año y Mallorca se lleva la parte del león en este logro, pues atrajo nada menos que a 11,1 millones de turistas en 2.013, más del 18% del total.  

BAHÍA DE PALMA-I

No me cabe duda de que, aparte de los atractivos naturales de la isla y de sus múltiples opciones de ocio, lo que la hace irresistible para los visitantes son sus alojamientos y la forma en que se recibe a los forasteros.

Cualquiera que haya viajado por nuestra vieja Europa habrá aprendido dos lecciones por el método duro; la primera, que las estrellas que lucen los hoteles en su entrada, no se corresponden con el sistema de clasificación de nuestro país: un tres estrellas de París —por poner un ejemplo— suele distar mucho de su equivalente español y, la segunda, que los precios tampoco se parecen: son más elevados.

Antes de alojarme en un hotel, consulto en internet las opiniones de anteriores clientes y las tengo muy en cuenta, por eso  fue una agradable sorpresa comprobar cómo las del Hotel Riu San Francisco eran, en general, muy buenas, particularmente en lo tocante a la atención del personal.

Así que me dispuse a disfrutar de las dos noches de estancia, ganadas como premio en el concurso de fotografía #DIB2014 convocado por Twitter y organizado por @VisitMallorca. Llegué al hotel a media tarde y un amable botones se empeñó en llevar personalmente mi trolley de 55 x 40 x 20 cm, modelo cabina de avión, lo que trajo a mi mente aquellos tiempos en que los viajeros arribaban cargados con pesados baúles portando la ropa adecuada para cenar, con sus superficies cubiertas por las etiquetas de los hoteles donde se habían alojado. Primer detalle agradable.

HOTEL RIU S FCO

La segunda buena impresión me la dio el recepcionista cuando me llamó por mi nombre; después me confesó que era el único español entre el resto de residentes alemanes que llenaban el hotel. Debo reconocer que es grato comprobar que te aguardan, pues da la sensación de disposición para un buen servicio.

Cuando esperaba hallar un hotel de cierta edad, me encontré con un edificio completamente renovado, abierto tan solo una semana antes y en el que predominaba la luminosidad. El Hotel Riu San Francisco fue de los primeros que se construyeron en la Playa de Palma, datando de 1.953, encontrarlo nuevecito fue el tercer detalle atractivo.

RIU S FCO COMEDOR 

RIU S FCO CAFETERIALa habitación asignada era amplia, —luego supe que todas tienen idéntico tamaño—, con vista a la Bahía de Palma desde la terraza, pues el hotel se encuentra en primera línea de mar. El espectáculo de las puestas de sol estaba garantizado. Cuarto punto satisfactorio.

RIU S FCO HAB TIPO

BAHÍA DE PALMA II

Y como no hay quinto malo, aparte del completo equipamiento del cuarto de baño, descubrí que tenía una red wi-fi gratuita de alta velocidad, para un máximo de cuatro dispositivos. Factor importantísimo para los que precisamos estar conectados y con suficiente ancho de banda como para transmitir imágenes de cierto “peso”.

El premio también comprendía el desayuno y la cena, lo que permitió que disfrutara de las delicias preparadas por el chef residente, incluyendo en el desayuno un café exprés en condiciones bajo demanda —no alemán—, ciertas manías son difíciles de curar 🙂

El establecimiento cuenta con un relajante spa, instalación que hoy día no puede faltar en un hotel que se precie, que incluye servicio de masajes y también un amplio gimnasio, algo menos frecuente de encontrar, —no el gimnasio, su amplitud—, en el que solo eché de menos una máquina de estaciones múltiples para musculación. En el conjunto también hay una piscina exterior pero, ¿quién quiere una piscina? si con solo cruzar la calle se accede directamente a la playa.

RIU S FCO SPA-I

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RIU S FCO GYM

RIU S FCO GYM-II

Dejo para el final lo que más me agradó, algo de lo que ya he dado unos apuntes, como es la sobresaliente orientación de todo el personal del hotel al bienestar de sus residentes y el empeño que ponen por conseguirlo. Me llevó a recordar el famoso Caso Ritz-Carlton que hace años estudié en una conocida Escuela de Negocios. Tuve el gusto de poder felicitar a la Directora por dicha manera de actuar, parabienes que hice extensivos a todos los empleados que allí trabajan, pues no han hecho más que comenzar una larga y, esperemos que venturosa, nueva temporada turística.

RIU S FCO DRAGO

No es difícil darse cuenta de que el mejor visitante es aquel que repite porque ha sido bien tratado y esa clave, la conocen bien en el Hotel Riu San Francisco. Seguro que esta práctica es también la habitual en el resto de establecimientos de esta conocida cadena mallorquina, así como en gran parte de los demás centros hoteleros de la isla, pues 11,1 millones de visitantes no pueden equivocarse.

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Notas del autor: 

Esta entrada la he publicado motu proprio y es la segunda vez que hago algo semejante en el blog. El anterior alojamiento que cité por su excelencia en el trato a los visitantes fue Son Viscós, en Valldemossa, un agroturismo con una idea de estancia diferente al Hotel San Francisco. Ni soy profesional de los viajes, ni me dedico a ello; mi reseña la escribo en justo agradecimiento a la buena experiencia vivida.

(*) Tudescos era el nombre con el que, en tiempos del Emperador Carlos I de España y V de Alemania, se denominaba a los alemanes. En italiano actual se dice Tedeschi, una palabra de idéntica etimología.

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Créditos: fotografías del autor.

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